viernes, 17 de junio de 2011

Las Hogueras piden más cambios

La cremà, la banyà, la plantà, la mascletà, la ofrenda de flores, los desfiles de colectividades,... todos estos elementos de las Hogueras de Alicante fortalecen una imagen turística que suele adelantar el aluvión de visitantes foráneos de la temporada alta estival.

Pero hay cosas que no gustan a una mayoría de los residentes habituales y escapan al ojo del visitante ocasional. Lamentablemente, en pro de “la festa”, el lobby de las Hogueras llega a imponer, apoyado por un Ayuntamiento conservador que amortigua rápidamente cualquier tema que pueda derivar en polémicas o eventual pérdida de popularidad, la continuidad de estas prácticas que bien podrían ir desapareciendo gradualmente.

Si así ocurriera, a los puntos de acción en la ciudad que denotan su incorporación a los “nuevos tiempos”, bien podría sumarse una festividad que convoca muchas visitas pero también, lamentablemente, demasiado caos.

Las cosas que no nos gustan de este período:

a) los anticipadísimos cortes de calles, que bloquean literalmente zonas clave de una ciudad que sigue activa laboralmente en un altísimo porcentaje de población NO vinculado a "la festa". Algunos cortes de calle se justifican por la instalación de grandes hogueras pero otros deberían estudiarse, sobre todo aquellos que sólo se hacen para las barracas.

b) la "consolidación" de la cremá en una fecha fija de calendario (24-junio) en lugar de crear un puente determinado (desde jueves y/o viernes más sábado-domingo) y hacer la cremà, por ejemplo, el segundo día de dicho puente. Pensamos que eso dispararía la reserva hotelera para ocupación de fin de semana, habría más % de ocupación de vuelos intra-europeos amortizando más rápido El Altet, se aprovecharía el flujo de trenes, etc, etc, etc

c) el prolongado horario otorgado a las barracas para permanecer “activas” con sus altavoces, hasta las 4:30 de la madrugada. En muchos de estos casos, tras la cena y un par de horas de baile, se van casi todos los asistentes y sólo quedan unos pocos festeros, que explotan la licencia hasta último minuto, declarando el insomnio forzado de casi todo el vecindario porque en ningún momento se informa sobre los límites del volumen de sonido que pueden utilizar.
Otro efecto secundario negativo que vemos en estas licencias de ocupación de espacio con venta de bebidas alcohólicas es la competencia “desleal” que ejercen sobre el comercio de restauración de cada barrio y la promoción indirecta de un mayor consumo de alcohol, que algunos interpretan como una multiplicación del botellón por tantas barracas como se abran durante esa semana.

Se podrán decir muchas cosas a favor de “la alegría de la festa” pero que no justifican provocar tanta contaminación acústica y molestias al vecindario circundante de cada una de las barracas, ni tampoco la dudosa competencia con el pequeño comercio de restauración.

Mejoras propuestas:
  • reducir el número de calles cortadas, en la medida de lo posible, y atrasar lo más posible la fecha de corte.
  • estudiar la posibilidad de un puente de Hogueras, de 3-4 días, que permita programar mejor la actividad laboral y profesional de todo el entramado empresarial de la ciudad.
  • reducir el número de licencias de barracas, para así cortar menos calles y afectar menos la actividad de la ciudad, además de inducir a un menor consumo de alcohol y no afectar los volúmenes de facturación del pequeño comercio en una época que justamente le favorecería más.
  • acortar el horario de apertura de las barracas habilitadas, estableciendo un límite entre de las 2 y las 3 de la madrugada, permitiendo que el vecindario pueda disfrutar de un período de descanso nocturno verdadero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario